La señora Juana. Del Libro Primero.


La señora Juana tiene a su querida hija enterrada en mi cementerio. Era una niña cuando murió.

Murió atropellada.

Su tumba siempre estaba repleta de adornos, de muñecas, de juguetes…

La señora Juana le cortó el cuello al hijo menor del conductor.

Su historia la refirieron mis compañeros. Y me la contó ella misma. Durante muchos años.

La señora Juana ya no puede hablar. Murió. Y la enterramos junto a su pequeña. Ahora, quiero pensar, descansa en paz, con lo que más quiso.

Cada mañana paso junto a su tumba, y la miro…

Puedes conocer toda la historia aquí, en el Libro Primero. Te invito.

Gracias…

Libro Primero.

Memorias de un enterrador. Libro Primero.

Memorias de un enterrador. Libro Cuarto.


 

Libro Cuarto

Dentro de poco estará disponible el Libro Cuarto de esta serie. Aquí les presento algunos de los personajes. Día a día iré incluyendo fragmentos de algunos capítulos, para quien guste leerlos y seguirlos. Se aceptan comentarios y sugerencias. Gracias y espero encontrarlos por el camino…
Protagonizan, se mencionan, aparecen por sí mismos o se habla, entre otros muchos, en este Libro Cuarto:

De la Guapa, la que decían que era puta y que probablemente lo fuese, pero porque era espía.
Del Barón, que llegó en el 38 al olor de unos escritos secretos, con sus 500 hombres y sus 12 ‘Apóstoles’, coronel nazi, hombre de élite, que ya aparece en el Libro Primero.
Del abuelo de la Guapa, trotamundos, intelectual, revolucionario.
De la curiosa exhumación del cadáver de un sujeto alemán y posterior entierro, en la capilla, y de la aparición del padre Pío, misterioso, con don de lenguas, y muy capacitado. Y de lo que le quitó al muerto.
Del querubín germano, que buscaba lo mismo que el padre Pío.
Del extraño jaleo por la confusión de las órdenes dadas con respecto a la exhumación del alemán, con la intervención de la Embajada de Alemania. Y de la investigación.
De Tanio Sifredi y de su señora esposa, otra vez. De las andanzas y fechorías del primero, y de las tórridas aventuras de la segunda.
De la señora Mariana, madre de Sifredi, y de la vida tan dura que le tocó vivir.
De Loli, esposa de Sifredi. De su crianza en el Mercado de la Cebada como pescadera y de cómo Sifredi la sacó de la miseria y el nauseabundo olor a pescado. De sus primeras relaciones con el Yelero.
De lo que hizo la Falange a este pobre.
De los motivos oscuros que conducían a Sifredi a andar por ahí, a menudo, y casi siempre a deshoras.
Del Mesón del Gatopardo, siendo Gatopardo el dueño.
De cómo echaron a Sifredi del cementerio, y de las molestias que se tomó para volver.
De la historia del ‘Robaniños’.
Del rarísimo ejemplar del Ulyses de Joyce.
Del Grupo de Resistencia 7, revolucionarios.
Del Servicio de Orientación Bibliográfica, durante la Posguerra, encargado de la censura de toda clase de publicaciones.
Del Obispo que quiso ‘correr’ con la Guapa, alias ‘la Chari’.
De Cabanilla, el de la Secreta.
Del pueblo fantasma.
De Tomasín, el Buey, y de Tomasillo, su hijo.
Y tantas otras historias…

Memorias de un enterrador. Libro Primero.


Libro Primero.

Memorias de un enterrador en iBooks.

«Llevo 20 años en el oficio… Y más de 15.000 muertos a mis espaldas…
Esta es mi historia. Bueno, y la suya…».
Tienen en sus manos el primero de 12 libros, y son las memorias de un enterrador, con las historias de todos, o casi todos los que de un modo u otro han traspasado las puertas de un cementerio muy especial. De los que nos dejaron y de los que aún están, de los que se fueron y de los que volverán, algún día, a quedarse para siempre. Historias preñadas de vida, impregnadas de muerte.
El desfile de una colección de personajes que desde mediados del siglo XIX han venido hollando con sus pies la tierra de estos caminos, narrado por un testigo tan excepcional como sólo podría ser su sepulturero.
Un reflejo de la Historia -con mayúsculas- en el universo de un magnífico cementerio privado de Madrid.
Protagonizan, se mencionan, aparecen por sí mismos o se habla, entre otros muchos, en este Libro Primero:
De la historia del legionario,
de sus hazañas en la guerra y de que tenía una hija enterrada en el cementerio.
De la señora Juana,
que acuchilló al hijo de quien atropelló a su pequeña, que estuvo en la cárcel, y de la mala suerte que tuvo en la vida.
Del Árbol del Ahorcado,
con todos los que de su rama pendieron.
Del Pozo de la Muerte,
la Guerra Civil y el Sargento de Brigada,
con todo lo que dejó escrito y que fue hallado.
De Joselito el grabador,
que no sabía leer ni supo quién fue su padre.
Del Coronel nazi que aparece,
todo un misterio.
Y otras muchas cosas…

Tienen en sus manos el primero de 12 libros. Tres ediciones en papel lo respaldan. Espero que lo disfruten, y que volvamos a encontrarnos por el camino…

LO QUE HAN DICHO:
-…Las historias que cuentas, y cómo las cuentas, me han llegado al alma, porque consigues convertirlas en universales. Hacía mucho que no me conmovía de este modo leyendo… (N.M.)
-…Diferente, original, una forma de narración fuera de lo común… (M.C.G.)
-…Me encantó el libro. Posees un estilo muy personal y cercano. Consigues que los personajes vayan calando poco a poco… (O.G.R.)
-…Los relatos nos hacen viajar a las realidades del XIX, o del 36, o ir y venir de los 90 a la Posguerra sin el artificio del flash back. Unos personajes que no engañan y que muestran su ser con plenitud. Este sepulturero, cuando narra, lo hace con una lengua entre perdida y ritual, fluida y sin cortapisas, y consigue transmitir la perceción auténtica del narrador, aquí otro sólido personaje de carne y hueso.
El enterrador habla. Lean y juzguen. Él tiene la palabra, su palabra… (P.A. -del prólogo-)
-…El autor transita como nadie los caminos del campo donde se asientan los muertos. Un terreno entre lo real y lo posible en donde Belmonte se maneja con indudable soltura. Un libro actual y contundente. Del todo recomendable, diría imprescindible… (F.F. -del prólogo segundo-)